La nueva guerra fría, primera parte
El término “guerra fría” fue popularizado por el periodista Walter Lippmann (1), luego de escucharlo de boca de Bernard Baruch, consejero del presidente Roosevelt, quien lo usó para referirse a la tensión entre la Unión Soviética (U.R.S.S.) y Estados Unidos.
Estos países no estaban en una guerra formal y abierta. Sin embargo, desde el final de la segunda guerra mundial, las dos potencias comenzaron una especie de “pulseo” en el que se atacaban, afectaban sus intereses e incluso utilizaban a otros países como una suerte de tablero de ajedrez para atacarse mutuamente.
El consejero Baruch tomó la expresión del escritor español Don Juan Manual, un narrador ibérico que publicó su obra en el siglo XIV. Era el vocablo perfecto, decir guerra fría definía de la mejor manera lo que pasaba. Había una guerra entre las dos potencias, sí, pero era una guerra de bajo impacto, sin enfrentamientos bélicos directos.
El mundo se convirtió en el escenario en que dos gigantes se herían unos a otros, de forma indirecta.
Esta guerra fría se terminó en 1991, con la caída de la U.R.S.S. Para ese entonces, pensadores como Francis Fukuyama hablaban de “el fin de la historia” (2), refiriéndose al final de ese conflicto, y con él al final de toda confrontación entre potencias. Hoy, sin embargo, queda claro que las predicciones de Fukuyama y otros pensadores similares, se quedaron cortas.
A la luz de los actuales conflictos entre China y Estados Unidos, mientras vemos cientos de conflictos estallando en múltiples países del mundo, incluida Latinoamérica, toca preguntarse, ¿estamos en presencia de una nueva guerra fría?
En este artículo vamos a analizarlo.
Video: «¿Están USA y China destinadas a la guerra? la trampa de Tucidides»
Cómo terminó la guerra fría original
Para entender si estamos o no ante una nueva guerra fría, conviene hacer un poco de historia y recordar cómo se desarrolló y terminó la anterior guerra fría.
La guerra indirecta entre Estados Unidos y la Unión Soviética, tuvo muchos incidentes en su desarrollo (3). Entre otros, podemos recordar:
- El puente aéreo sobre Berlín.
- La guerra de Corea, que consolidó la división de ese país en dos naciones: Corea del Sur, democrática y pro-occidental; y Corea del Norte, todavía hoy una dictadura comunista, en su momento pro-soviética.
- La revolución cubana.
- Las guerrillas en Latinoamérica.
- La revolución sandinista en Nicaragua.
- La invasión soviética de Hungría.
- La crisis de los misiles en Cuba.
- La carrera espacial.
- El golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende en Chile.
- Los enfrentamientos deportivos, que incluyeron boicots a varias ediciones de las olimpiadas.
- El incidente del equinoccio de otoño.
- La instalación, existencia y caída del Muro de Berlín.
Se trató en la mayoría de los casos de incidentes que comenzaron por causas internas en sus países, pero que pronto se fueron convirtiendo en gasolina del conflicto entre las dos potencias.
Casi siempre se daba la situación de un enfrentamiento entre dos fuerzas. Por un lado, las fuerzas pro-occidentales. Estas se caracterizaban por ser cercanas a valores democráticos, una economía capitalista y una concepción cultural favorable a los valores de occidente.
Del otro surgían los grupos pro-soviéticos. Solían ser movimientos ideológicamente marxistas, menos cercanos a la democracia y más amigos de instaurar regímenes socialistas.
Estas fuerzas se enfrentaban dentro de cada país, pero recibían ayudas y directrices de cada potencia, que se encargaba de armarlos, financiarlos y alentarlos.
Tanto Estados Unidos como la U.R.S.S. tenían poderío nuclear, por lo que el mundo vivió en vilo ante el temor de una posible guerra real y directa entre ambas naciones. De haber ocurrido esta habría sido la primera guerra nuclear de la historia. Algo que se evidenció en dos momentos: el incidente del equinoccio de otoño y la crisis de los misiles en Cuba; que duro los catorce días que transcurrieron desde el 14 al 28 de octubre de 1962; y el incidente del equinoccio de otoño, ocurrido el 26 de septiembre de 1983.
La conflagración nuclear no ocurrió. La U.R.S.S. colapsó hacia finales de los 80`s y ya en 1991, con la derrota del golpe de Estado contra Gorbachov (4), terminaba de caer, como cayó el muro de Berlín en 1989.
El nuevo orden mundial
Como comentaba al principio, por esos días, hubo pensadores como Francis Fukuyama que aducían que con la caída de la U.R.S.S. se terminaban los enfrentamientos entre potencias. Según la tesis de Fukuyama, la democracia liberal se impondría en el mundo, las luchas ideológicas cesaban y comenzaba una época marcada por el pragmatismo.
Un discurso de George Bush padre ante el Congreso de los Estados Unidos, pareció confirmarlo (5). En sus palabras, pronunciadas el 11 de septiembre de 1990, poco después de la Guerra del Golfo, Bush señaló:
“Ha iniciado un nuevo orden mundial, una nueva época, más libre de amenazas y de terror, más fuerte en la búsqueda de la justicia y más segura en la búsqueda de la paz, una era en la que las naciones del mundo -Este y Oeste, Norte y Sur- puedan prosperar y vivir en armonía”.
Este nuevo orden mundial no preveía el emerger de nuevas potencias. Al contrario, se planeaba una hegemonía total de los Estados Unidos. Pero hubo algo que tanto Fukuyama como Bush ignoraban. Lejos de todo aquel conflicto, una nación se preparaba para surgir. Hablo de China.
En esos tiempos China era un país pobrísimo. A finales de los años setenta, China lucía como la nación más pobre del mundo. Sus ciudades eran más miserables que las mismas ciudades de países africanos.
Todo era el resultado de los largos años del maoísmo. El régimen de Mao, que, aunque también era comunista no había querido ser escenario de la guerra fría. China y Estados Unidos lograron un acuerdo de no-agresión en 1972 (6), en el que Estados Unidos aceptó las peticiones chinas de soberanía sobre los territorios de Taiwan y el Tibet (algo similar a lo acordado por el Reino Unido respecto a Hong Kong). Esto a cambio de que China no utilizara su territorio para actividades soviéticas.
Con la muerte de Mao, su sucesor, Deng Xiaoping, se presentaba como un líder pragmático. Aparentemente el nuevo mandatario solo quería abrir la economía del país, sin modificar mucho su estructura política. Aquel cambio de una férrea economía comunista, que había empobrecido a los millones de habitantes chinos, a una economía capitalista, se cimentó sobre un conocido discurso en el que Xiaoping dijo: “No importa si el gato es negro o blanco, lo que importa es que cace ratones” (7).
Pero este fue un error de cálculo que occidente pagaría en años posteriores. Sí, Xiaoping apostaba por el pragmatismo económico, pero también por el dominio político, algo que se vio al cabo de algunos años.
La nueva guerra fría
Entrando ya a la segunda mitad del año 2021, cuesta decir que el futuro idílico de un mundo sin conflictos ideológicos se ha hecho realidad. Por el contrario, el mundo está atestado de conflictos. En muchos de ellos se ven rasgos de una especie de nueva guerra fría.
Vamos a analizar este asunto.
Con el crecimiento chino, occidente se fue haciendo más dependiente del gigante asiático. A diferencia de la U.R.S.S., en donde occidente procuraba deslastrarse de cualquier cercanía soviética, los chinos se acercaron a occidente una y otra vez.
Primero lo hicieron a través de la manufactura. Era un lugar común hablar del “made in China”, una etiqueta que tenían miles de productos distribuidos en todo el mundo. Baratijas, prendas piratas, piezas de plástico y hasta imitaciones de productos tecnológicos occidentales. Todo circulaba por el mundo.
La idea de que China era la fábrica del mundo, se extendió rápidamente. El aparente pragmatismo de los chinos se expresaba en sus bajos salarios, jornadas laborales esclavistas y una ausencia total de las limitaciones que la manifactura tenía en occidente. Precisamente por ello las grandes corporaciones, como Apple, Adidas y Nike, montaron sus fábricas en ese país.
Así se dio una curiosa división: mientras occidente reinaba en el mundo y generaba innovación tecnológica, los chinos replicaban todo, producían en masa y parecían ser, si no un aliado, al menos un país no obstructivo. No pasó mucho tiempo para que todo empezara a cambiar.
Al tiempo que China fabricaba los productos del mundo, también se convertía en una potencia financiera. Cada año, China compraba partes de la deuda de los países occidentales (8). Hoy en día China es el principal tenedor de bonos de deuda en el mundo.
Además, en países del tercer mundo, en particular naciones africanas y latinoamericanas, ricas en tierras raras, China “presta” dinero en condiciones claramente desventajosas para los países que reciben esos créditos. Ya que, al mismo tiempo que reciben financiamiento, entregan el control de sus riquezas a empresas chinas.
Vale decir que el término “empresas chinas” ocupa un espacio singular. Y es que, aunque se trata de empresas privadas, son también agentes del gobierno. En China existe un curioso elemento híbrido en sus empresas: el capital y la riqueza generada son privados, pero las compañías le deben explicaciones, información y hasta obligaciones de espionaje al régimen.
Este último tema fue el detonante de uno de los episodios más recordados del gobierno de Donald Trump, quien vetó a la empresa Huawei, por considerarla un proxy de espionaje para el gobierno chino (9). Por el lado de las llamadas “tierras raras” (10), cabe acotar que así se llama a los elementos más valiosos del siglo XXI, con los que se fabrican, entre otras cosas, los microprocesadores que utilizan casi todos los productos tecnológicos del mundo.
Esta expansión de intereses chinos fue ignorada por los gobiernos norteamericanos. Ni Bush, ni Clinton, ni Bush hijo, ni tampoco Obama buscaron un enfrentamiento directo con China, la gran potencia emergente.
Bush hijo prefirió centrar sus esfuerzos en el medio oriente. Mientras que Obama optó por continuar los conflictos en el medio oriente y buscar una relación no agresiva con China. No fue sino hasta la llegada de Donald Trump a la casa blanca, que el tema surgió a la superficie.
Luego de años de pequeñas tensiones, Trump se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos en plantear un enfrentamiento directo con China. País al que, lejos de ver como una potencia pragmática que surgía solo económicamente, caracterizó como un país tramposo, antioccidental y potencialmente peligrosos para el mundo.
Sus palabras fueron acompañadas con acciones concretas, que incluyeron el veto a empresas como Tik Tok y Huawei, la guerra de aranceles contra productos chinos, la presión a empresas norteamericanas para que cesaran sus labores en china y repatriaran sus fábricas a Norteamérica y finalmente la crisis del Coronavirus, en la que Trump acusó directamente a China de ser culpable de la expansión del virus que ha matado a más de tres millones de personas a nivel mundial.
Ahora bien, ¿fue pura retórica lo dicho por Trump, o de verdad China es una amenaza a occidente? ¿Es China un país capitalista o su libertad económica enmascara a una nación con deseos de dominación mundial? ¿Cómo quedan los demás poderes del mundo (la Unión Europea, Rusia, los países del tercer mundo) frente a este enfrentamiento? ¿Con la salida de Trump y la llegaba de Biden a la presidencia norteamericana, seguirá o cesará el enfrentamiento entre China y Estados Unidos?
Son temas que tocaré en la segunda parte de este artículo. Por ahora quiero concluir con algo, una reflexión puntual:
Hay un refrán que dice “lo barato sale caro”. Hoy el mundo parece darse cuenta que los productos “baratos” producidos en China, y que el mundo consumió feliz en años recientes, nos han salido muy caros a todos. ¿Estaremos dispuestos a pagar el precio?
Fuentes
- “Guerra Fría: 1947-1991” de El Sitio Web de la Historia del Siglo XX. Publicado en 2003. Consultado el 26/06/2021
http://www.historiasiglo20.org/GLOS/guerrafria.htm
- “El fin de la historia treinta años después: ¿tenía razón Fukuyama?”, de El Confidencial. Escrito por Ramón González Ferriz. Publicado el: 18/06/2019. Consultado el 26/06/2021
- “Seis sucesos clave que definieron la Guerra Fría”, de BBC. Escrito por Jon Kelly. Publicado el: 02/04/2014. Consultado el 26/06/2021
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/04/140402_guerra_fria_revive_finde_ng
- “Fracasa el golpe de Estado en la URSS contra Gorbachov”, de El País. Escrito por Pilar Bonet. Publicado el: 21/08/2018. Consultado el 26/06/2021
https://elpais.com/elpais/2018/08/21/actualidad/1534843546_699554.html
- “El hombre de la transición al nuevo orden mundial” de Fundación FAES. Escrito por Cristiana Crespo. Publicado el 01/12/2018. Consultado el 26/06/2021
https://fundacionfaes.org/es/prensa/46807/el-hombre-de-la-transicion-al-nuevo-orden-mundial
- “Visita de Richard Nixon a China en 1972” por Wikipedia. Consultado el 26/06/2021
https://es.wikipedia.org/wiki/Visita_de_Richard_Nixon_a_China_en_1972
- “Blanco o negro, lo importante es que el gato cace ratones” por noticias de Guipuzcoa. Escrito por Íñigo Bullaín. Publicado el 28/05/2020. Consultado el 26/06/2021
- “La «diplomacia de la deuda»: cómo China está expandiendo su influencia en el Pacífico Sur y desafía a Australia” de BBC. Escrito por Ángel Bermúdez. Publicado el 17/03/2021. Consultado el 26/06/2021
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-56330195
- “Estados Unidos hace efectivo el veto a Huawei” de El Confidencial. Escrito por Elisa Pont. Publicado el 07/08/2020. Consultado el 26/06/2021
10.” Qué son y quién posee las reservas de tierras raras, los elementos más codiciados del siglo XXI” por Euronews. Escrito por Sofía Sánchez Manzanaro. Publicado el 14/08/2019. Consultado el 26/06/2021
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